February 14, 2010

La Rosa

"La rosa"

La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.

Todos los idiomas son sistemas simbológicos en los cuales una marca en un papel o un patrón de sonidos representa un objeto en el mundo real, una acción o una idea. Nuestras mentes humanas también funcionan así, con una compleja interacción entre metáforas. Metáforas son el lenguaje silente de nuestras pensamientos. No entendemos el mundo en forma directa sino por medio de metáforas que formamos por nuestra experiencia y que expresamos con otras metáforas (palabras). ¿Qué es una rosa? No somos capaz de relatar lo que es Rosa sin usar palabras y no somos capaz de usar palabras sin caer en una serie de metáforas que nacen de experiencia. Eso es la esencia de la poesía. La poesía es una forma de literatura que concentra las metáforas de nuestras palabras y deja al lado todo lo que es extra. Nos deja con símbolos potentes, ideas y imágenes que surgen de una colección de letras ordenados en versos. En su imitación de pensamiento y voz, la poesía se vuelve una representación no solo de la idea en la página sino la mente del poeta mismo. Todos los grandes poetas y esacritores saben su rol pero siempre me fascina el poeta y cuentista argentino que eleva el papel del metáfora enuna manera tan inescapable. Jorge Luis Borges es conocido como un escritor quién juega con varias metáforas repetidas y inolvidables como la espada, el espejo, la moneda, el libro, la luna, el tigre y la rosa. Tienen un valor personal para Borges pero también juegan un rol en el lenguaje literaria que quiso crear, muy con propósito.

En este poema, muy Borgesiano, tenemos un intento a nombrar algo—la rosa. El poema entero es una larga serie de fragmentos—siempre el sujeto de la oración sin la predicado. Cada verso empieza con el artículo definido como si otro intento a nombrar la rosa, a definarla de nuevamente. La lista de atributos, la inabilidad de llegar a una resolución, la falta de movimiento en el poema establecen que la rosa es más allá que su abilidad de describir—es “la rosa inalcanzable” (13). Esa tema de una cosa “inalcanzable” empieza en el primer verso con el frase “que no canto” y sigue hasta el final.

Puede ser inalcanzable pero no menos real o potente aunque sea fuera nuestra control/entendimiento. Borges escribe que “la inmarcesible rosa [...] que es peso fraganncia” (2,3) , es decir, que es existente y real. Pero al mismo tiempo es cualquier rosa de cualquier jardín y de cualquier noche (5) y de ser cualquier rosa, se convierte en ser “la rosa”. Eso es la esencia del símbolo, que las letras r-o-s-a son la rosa, todas las rosas y que cada rosa, aunque único, es a la misma vez todas las rosas que en la historia hemos guardado en nuestra memoria colectiva. La historia y la memoria colectiva nunca son lejos del poesía de Borges y aquí entra con el verso, “la rosa de los persas y de Ariosto,” (8). Esta rosa, o esta docena de rosas, son ligadas por una cadena de memoria, metáfora y tradición a las flores que sostenían un persos o un griego—no, el griego, Ariosto.

Borges, en verso once, llama la rosa, “la joven flor platónica,” y con esa palabra platónica no quiere negar el amor romántico—para nada—quiere establecer su concepto de la rosa eterna como un ideal platónico, como las formas de Platón. La rosa es perfecta porque encontramos su perfeccción en nuestro concepto de la rosa que se representa por esa flor y porque es “la rosa que resurge de la tenue/ ceniza por el arte de la alquimia,” (6-7) cuando entendemos que la alquimia no es solo las ciencias botánicas sino nuestra imaginación y amor. Borges usa la palabra “joven” en conjunto con “platónico” porque cada vez que usamos la rosa es joven de nuevo, es la el objeto de la metáfora que queremos expresar, es nuestro amor, nuestro deseo que damos a luz en este mensaje vivo y perfecto.

Todo el significado del poema, de la historia de la rosa, de las experiencias personales con rosas entre amantes, está cargado en la rosa. Dar una rosa no es el acto de dar una flor sino expresar una emoción llevado por esa metáfora viva, anciana y siempre joven. La rosa de Borges es la rosa de Ariosto es mi rosa y la tuya. Todo que decimos y todo que hacemos sirven para expresar ese nudo de metáforas (y emociones) que forma nuestras mentes y con la rosa expresamos más que meras palabras pueden decir. Te dejo con el misterio de la rosa y de mi metáfora tenue y ardiente.

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